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LA NAVIDAD Y SUS VERSIONES

Publicado en kanatari 23/12/07 La celebración de la Navidad rememora un acontecimiento propiamente religioso centrado en la figura del nacimiento de Jesús de Nazareth, símbolo fundamental de la cristiandad y en torno al cual encuentra su más legítimo sentido. En realidad, esta festividad debería concernir únicamente a aquellos colectivos que lo asumen como parte de su propia religiosidad. Más allá de esta significatividad, la Navidad prácticamente se generalizó en forma desmesurada, o dicho de otra forma se liberalizó. Fuera de su procedencia original, su celebración se vincula en la actualidad, con valores más universales que religiosos. En ciertos casos se redujo a un reencuentro familiar con carácter especial, a una deliciosa cena o, simplemente, a una noche de placer y de juerga. Por otro lado, la Navidad también adquiere una connotación sombría cuando topa aquellas fibras más magulladas del alma, frustraciones de diverso tipo, producto de un pasado lleno de privaciones y desamores...

No es hacer las cosas simplemente sino saber para qué las hacemos

Kanatari 16/12/07 José Manuyama Si la patrona del distrito de Punchana, la Santísima Virgen de la Purí­sima hubiese dado una vuelta por los alrededores de la plaza Miguel Grau el pasado fin de semana, seguramente de inmediato se hubiese sumado al Comité Cívico Contra el Ruido como una férrea activista. No podría haber sido de otro modo, pues, al menor acercamiento al centro del alboroto, en cualquier noche que duró la festividad, te enfrentabas a una exorbitante y confusa mezcla de todo tipo de sonidos que ponía en vilo a los ocasionales visitantes o a los que osaban pasar por las calles adyacentes. Creo que el problema no radica en el hecho mismo de cómo la población se las ingenia para obtener recursos extras para su supervivencia, sino en que los responsables de organizar eventos como las tradicionales fiestas patronales, no buscan más que generar impacto mediático a través de la parafernalia descontrolada y bullanguera de todos los años, quizá con la intención de ofrecer a su p...

Selva encantadora

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Publicado en Kanatari 09/12/07 Si el hombre dedicara todos sus esfuerzos únicamente a la satisfacción de necesidades fisiológicas, seríamos una especie más del reino animal como cualquier otra, al mismo nivel de cualquier otorongo, añuje, cerdo o maquisapa. Si bien es cierto que nuestro bienestar se basa primero en atender nuestras necesidades de alimentación, la inquietud humana va más allá. Buscamos seguridad y protección, pertenencia a un grupo, afecto, prestigio social, curiosidad, trascendencia y goce estético. La satisfacción de necesidades tiene diversas formas de materializarse y cada persona tiene una manera particular de vivenciarlo. Todas requieren de atención, aunque algunas se relacionen estrictamente con nuestra supervivencia. Quizás por ello, mucha gente tan abocada como está a solucionar principalmente el problema de la alimentación, no puede satisfacer otras necesidades también importantes para la realización de la persona humana. Nos interesa resaltar, específicamente...

Medio rural: ámbito de oportunidades

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Publicado en Kanatari 25/11/2007 El que un docente calificado acepte de buena voluntad ocupar una plaza de trabajo en el medio rural, se ha vuelto más difí­cil que hacer pasar un elefante por el agujero de una aguja. Aquellos que ya laboran en él (dirí­amos irónicamente que tuvieron esa mala suerte), pugnan cada instante para salir de su autoexilio. ¿Cuán desafortunado es trabajar en el medio rural? Bueno, en las condiciones en que se vive allá­ no cabe duda que hay que tener bien puesto los pantalones o las faldas para aceptarlo consciente y decididamente. Es cierto que existen condiciones materiales que pesan a la hora de optar por dejar la ciudad e ir a vivir en él (carencia de agua potable, luz eléctrica, salud básica, educación continua, y otros avatares), serí­a injusto no reconocer que la vida en el campo también provoca grandes goces, producto de esa prodigiosa naturaleza de incalculable riqueza paisají­stica, forestal y fauní­stica. Aún así­, las car...

¡Salvemos a Iquitos!

Kanatari 18/11/07 No hay duda de que la ausencia de una buena audición nos trae una serie de dificultades para comunicarnos adecuadamente. Ya padecemos terribles problemas interpersonales oyendo claramente, imagínense si añadimos otro adicional en nuestros diálogos cotidianos. Por ello, es cruel ser testigo de cómo venimos forjando sistemática y vehementemente una población de sordos, lo cual, por cierto, trae consigo otros males físicos y mentales. Las calles de Iquitos son el claro ejemplo de una combinación de modernidad con subdesarrollo que da vida a una cultura del reciclaje y del “peor es nada”, que arranca del desarrollo tecnológico aquellos medios de transporte en desuso, que lejos de resolver nuestros problemas comunicaciones, los agrava y amplía Es increíble el nivel de ruido al cual estamos sometidos diariamente. Pero lo más sorprendente es la poca diligencia de las autoridades locales para resolver esta traba. Bien hace el Comité Cívico Contra el Ruido intenta...

El cuento del perro

publicado en Kanatari 11/11/07 Según el llamativo escrito de nuestro grandilocuente Presidente El síndrome del perro del hortelano (El Comercio, 28 de octubre de 2007), la fórmula mágica para resolver los problemas económicos nacionales reside en poner precio a todo y vender lo que se pueda vender al gran capital para obtener millones de puestos de trabajo. Refiriéndose a la Amazonía sostiene que millones de hectáreas para madera están ociosas e imposibilitadas de aprovechamiento por razones ideológicas o deplorables actitudes. Es una expresión nada novedosa que refleja claramente la actitud expoliadora que tiene cierta gente que él alegremente representa y que piensa que la Selva es una rica, aunque deshabitada despensa. Ignora, por supuesto, todas las vivencias y prácticas culturales que la población amazónica ha desarrollado en miles de años de posicionamiento geográfico para beneficiarse de sus recursos sin poner en riesgo el futuro de sus descendientes, ni mucho menos el del plane...

Instituto de Planeamiento Estratégico Regional

“El pez grande se come al chico”, reza un adagio popular comúnmente aceptado, algo así como una ley que alcanza a todo, salvo raras excepciones. Pero, el pez de mayor tamaño no tiene la culpa de ser grande, ni tampoco de tener que alimentarse de otro más chico. Y mucho menos es culpa del pez chico estar en el menú biológico de su hermano mayor. Análogamente, algo de esto sucede en las relaciones entre los individuos y países. Los más grandes y desarrollados generan relaciones desiguales con los de menor envergadura, engulléndolos por completo. El saldo de esta relación siempre estará a favor de aquéllos, por propio peso y, también – desde luego –, por el audaz manejo político que despliegan para resguardar sus privilegios, ya que son ellos los que determinan las reglas de juego, enteramente a su favor. El pez grande sólo puede actuar como lo que es para mala fortuna del pez chico. A éste solamente le resta desarrollar sus propias destrezas y estrategias de escape para sortear los embat...