Período sombrío para la educación pública

Que cada año sea más calamitoso que el anterior ya parece una ley en el sector educación. Como es de esperar, la reciente mochada del sueldo de los profesores contratados del nivel secundario nos indica que este año, de ninguna forma, es la excepción de la regla.

En efecto, de acuerdo al D.S. 079 – 2009 - EF, la escala remunerativa de un maestro contratado de 24 horas se reduce en forma aproximada a la suma de 850 soles, 200 soles menos que hace dos años atrás. Cuando todos esperamos que las condiciones de vida de los profesionales del sector educación mejoren nos encontramos con una disposición tan infeliz como ésta. ¿Cómo se entiende esto? ¿En qué parte del Proyecto Educativo Nacional (PEN) se encuentra esta medida? En realidad, no existe explicación que valga. Es una monumental torpeza o una grosera intención de debilitar la educación pública. El tercer objetivo del PEN te habla de maestros preparados que ejercen profesionalmente la docencia. Entonces ¿de dónde sacan medidas como la de cercenar el salario docente aún a sabiendas que hay un déficit remunerativo que viene más o menos de 30 años atrás? ¿Acaso no es un descomunal descaro exigir calidad de trabajo al maestro y por otro se le resta el rebajado salario que ya tiene? Es increíble lo que pasa en el país. En vez de avanzar, retrocedemos.

Con toda razón Constantino Carvalho quería saber de dónde vienen las ideas rimbombantes que se anuncian de vez en cuando en la cartera de educación, pues él no las ubicaba en ningún plan conocido. La última “invención” que fue dado a conocer es la supuesta conversión de los colegios emblemáticos y centenarios en “colegios mayores”, medida que fue increíblemente aplaudido por algunas personalidades nacionales. No tiene ningún sentido crear colegios islas, al cual acceden un número reducido de estudiantes y dejando al resto en el abandono en que se encuentran. No se necesitan colegios de educación básica regular especiales. Todas las instituciones educativas diseminadas a lo largo y ancho del país (urbano y rural) deben ser especiales en tanto que brindan una educación de calidad a sus estudiantes.

Al parecer, todavía no ha llegado el momento en el cual un padre o una madre de familia no tengan ningún reparo en matricular a su niño en la escuelita del barrio – sea del nivel inicial, primario o secundario –. Que no tenga que cruzar la ciudad buscando una escuela pública que le brinde más o menos la garantía de que será escolarizado en forma decente, pues la que queda cerca a su domicilio se sume en la desmotivación y el abandono. Algún día será posible que toda institución educativa no importe donde se ubique, ni la modalidad ni el tipo de gestión que tenga ofrezca una verdadera escolarización y esto pasa, entre otras prioridades, por el fortalecimiento de las capacidades profesionales y las condiciones del maestro.

No hay ningún plan de mejora, que se precie de respetable, que no sitúe lo educativo en un lugar privilegiado. Muchos países nos llevan la delantera e igualarlos o superarlos requerirá un proceso largo y una inversión fuerte en el ámbito educativo. De lo contrario, no tenemos ninguna posibilidad de alcanzar niveles de desarrollo competitivos con bienestar para todos. En este sentido, preocupa imaginar que la verdadera intención que tienen los políticos que nos gobiernan es no mejorar la educación que reciben los millones de niños, niñas y adolescentes que acuden a las escuelas públicas. No hay duda que contamos en el país con hay una clase de políticos que en la práctica son un verdadero peligro para la educación de los más pobres y por extensión de la democracia y el Estado de Derecho. Un pueblo no educado desconoce sus derechos y la importancia de su actuar en la conducción de país y por tanto es susceptible de abuso y manipulación.

A estas alturas del camino no tengo dudas que hasta la fecha vivimos uno de los períodos más desorientados y desafortunados de la educación nacional. Ojalá que me equivoque desde luego. Si hubiera cambios positivos en el tiempo que queda del régimen bienvenidos sean, pero hasta la fecha, casi todas las acciones realizadas han sido contraproducentes.

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