Pensando la región desde adentro

Creo que hay un aspecto que no debe perderse de vista en la reflexión sobre el futuro de la región: me refiero al hecho de concebirnos como una totalidad geográfica y cultural particular. Es decir somos el otro diferente frente a otros colectivos nacionales y extranjeros. Sin que esto signifique excluirnos del mundo debemos sobreponer ese ser específico a cualquier otra esencia, incluso la nacional. Plantear esta idea no nos lleva al aislamiento aniquilante, sino más bien al afianzamiento de nuestra identidad social como la clave del desarrollo. De esta forma debe entenderse el regionalismo y por lo mismo no debe causar pavor a nadie. Se trata simplemente de ser conscientes de que como región tenemos vida propia y por lo cual nos debemos a ella.
A partir de este entendimiento, podemos pensar y repensar sobre cualquier tema del devenir regional sin perder la perspectiva. Es sabido por todos la difícil situación en que se encuentra la región Loreto en materia educativa sin que se vislumbre siquiera atisbos de cambio sistémico en ella. Me pregunto ¿qué impacto generará en el futuro social de la región esta aciaga circunstancia? ¿Podremos tomar sin preocupación el hecho de que los estudiantes loretanos apenas comprendan el vocabulario más elemental? La respuesta que me hago a esta pregunta es sin duda apocalíptica, puesto que visualizamos claramente que en un futuro contaríamos con una población inhabilitada para conducir ni participar activamente en un proceso de desarrollo. Por lo tanto, seremos dependientes de lo que otros puedan o quieran actuar en la Amazonía, obviamente bajo sus propios criterios e intereses. Inhabilitados para pensar, actuar y transformar racional y técnicamente la realidad otros se tomarán la molestia de hacerlo por nosotros y hasta en contra de nosotros. No olvidemos que en Estados Unidos ya circulan mapas donde la Amazonía es considerada zona internacional.
Ahora bien, en un contexto ambiental internacional futuro adverso estaremos excesivamente vulnerables ante cualquier asomo capitalista deseoso de los recursos naturales que estas tierras atesoran. El petróleo ya fue entregado en la nefasta época de Fujimori a una transnacional argentina. Para mañana es posible que el agua de los ríos amazónicos tenga dueño como lo tiene en otras partes del mundo. La población de los países poderosos demandarán cada vez más la escasa agua dulce del planeta y sus gobernantes se los alcanzarán de los países que lo poseen. Palacio de Gobierno no es garantía alguna de resguardo, pero por otro lado, nosotros mismos tampoco, puesto que como sociedad estaríamos en la orla del analfabetismo funcional y digital, con personas aptas para realizar solamente labores simples que no generan impacto en el desarrollo pleno de la persona y de la colectividad.
El bosque degradado como está, que con sus recursos naturales soporta con las justas la sobrevivencia de la gente, ya no tendrá nada que ofrecer en el futuro. Por lo cual, aumentará la pobreza, la dependencia y la vulnerabilidad. Quizás sea la gente de otras regiones del mundo las que se apoderen de estás tierras que han servido de cuna a milenarios pueblos que, irónicamente, siglos antes vivieron con total holgura y satisfacción.
Debemos reaccionar de alguna forma, sin perder permiso a nadie, mucho menos esperar enfermiza y exclusivamente al gobierno nacional (sin que esto signifique que no exijamos demandas pendientes al centralismo) para encontrar nuestras propias respuestas. Si no hay medidas conducentes a mejorar la educación regional, entonces, es fácil deducir que los problemas sociales que padecemos en la actualidad se incrementarán en forma drástica.
¡Salvemos la Amazonía señores y señoras! Movilicémonos con convicción para sentar las bases sociales y educativas de una Amazonía autónoma, productiva y pensante. Paralelamente, acompañemos este empeño, abriendo los ojos para identificar el potencial creativo y desarrollador de los esfuerzos que vienen obteniendo los distintos grupos, organizaciones y personas que andan dispersamente por ahí, para establecer toda una red institucional que sostenga una movimiento por la educación y el futuro de nuestra gente. Después de todo lo bueno que pueda pasar en el futuro dependerá de lo bien que hagamos las cosas en el presente.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿En qué consistió su heroísmo? FERNANDO LORES

¡Qué dolor, qué rabia, qué decepción!

La trampa del extractivismo