Dragas en el río Nanay - Iquitos
José Manuyama
Es lamentable aceptar que decenas
de dragas han regresado al río Nanay, desafiando la voluntad de todo un pueblo
de ir tras el anhelo de vivir en paz y en plenitud, en armonía con una
prodigiosa naturaleza que nuestros ancestros supieron conservar.
Es sabido por todos lo que trae
esta actividad ilícita. A la par de destruir el medio ambiente como lo podemos
observar tristemente en Madre de Dios y otras partes del país, también te
arruina socialmente al atraer delincuencia de toda calaña en modalidades
diversas como la trata, la prostitución, el robo, el crimen organizado, el
tráfico de estupefacientes, corrupción, etc.
Hay responsabilidades no asumidas
por la Policía Nacional del Perú (hay un puesto policial en la zona), por la Capitanía
de Puerto de la Marina de Guerra (da seguridad a los ríos). La Fiscalía en
Materia Ambiental tiene funciones específicas para perseguir a los infractores
ilegales. El SERNANP es el ente responsable de la Reserva Nacional Allpahuayo
Mishana. El Gobierno Regional de Loreto administra el Área de Conservación
Regional Alto Nanay Pintuyacu, Chambira que protege entre otros factores a las
cabeceras del río. Pese a estas funciones el tráfico crece.
Ante esta recurrente afrenta nos
vemos obligados a convocarnos nuevamente. Lección para no olvidar es que el Estado
no funciona sin vigilancia. Que las actividades económicas que pueden ser rentables
como la extracción ilícita de oro, aun siendo ilegales, aun siendo altamente
contaminantes, atraerá a la gente más inescrupulosa para convertir en un
infierno todo lo que topa. Que la función de vigilancia ciudadana es una tarea
que no tiene vacaciones y no se puede delegar.
Para tener en cuenta, fueron los
años 2012 y 2013 duras jornadas para la población de Iquitos, que tuvo que
volcarse a las calles ante el riesgo de padecer una posible devastación
petrolera nada menos que en las cabeceras del río Nanay, el mismo que abastece
de agua potable e importantes recursos ambientales a Iquitos la capital del
departamento. Gracias a esta gesta hasta hoy no hay riesgo petrolero en la
zona. Anterior a esta lucha, fueron las mismas comunidades ubicadas en las
riberas del río quienes expulsaron a los “dragueros” que empezaban a instalarse
por esos años.
En un contexto de cambio
climático y de degradación ambiental lo que peor puede pasar incrementar la
frontera de las mineras ilícitas en el territorio amazónico.
En este sentido, la realidad nos
interpela y nos desafía para hacer nuevamente lo correcto: liberar a la cuenca de esta vieja amenaza. Es una
oportunidad para que todos los involucrados hagan lo correcto en el rol que
corresponda. Ocasión para recuperar la deshonra de la inacción. Nos merecemos
un Estado respetable. Merecemos una ciudadanía que hace respetar sus derechos.
Un desarrollo a lo amazónico
abierto a cualquier actividad económica que no colisione con la ecología
presente y futuro de nuestros pueblos. Que conserve la naturaleza y lo mejor de
nuestras culturas ancestrales. No debemos permitir que nadie destruya más la
agrietada sociedad que ya vivimos, y llevemos la tarea de hacer posible en la
Amazonía, empezando por el rescate del Nanay, un verdadero refugio de vida
fraterna, solidaria, intercultural, plena de bienestar y de sabiduría. Queremos
ser una gran contribución a la salud social de la patria y de la humanidad
entera.
Loque peso en el alto nanay
ResponderEliminarNo destruyamos lo bello que tiene el rio nanay, fuente de vida para iquitos.
ResponderEliminarNo permitamos que destruyan la amazonia en todo su conjunto,el gobierno debe hacerse presente ante este ataque artero de gente inescrupulosa.
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