La genialidad y belleza como parámetro de buen gobierno

Una noble producción académica, artística y literaria evidencia el grado de aspiración y esfuerzo de una sociedad en su propósito de vivir la vida con algo de dignidad. La realidad social y natural demanda de soluciones nuevas, geniales y sostenibles, antes que respuestas que a la larga amenazan no sólo con extender un problema, sino que ponen en riesgo la vida misma. En este sentido, el perfeccionamiento de la acción es más que un vano oficio, es la búsqueda por resolver los problemas humanos principalmente los ligados a la salud, educación, economía y convivencia.

Desafortunadamente, lo producido hasta la fecha en la región en los ámbitos mencionados es insuficiente como para marcar el devenir de la historia regional y enrumbarla en forma clara por la senda de un desarrollo verdadero. Hay investigadores destacados al igual que artistas y literatos en una mínima proporción, forjados por sus propias iniciativas particulares, antes que por efecto de una deliberada política oficial. Nosotros creemos que con una acertada política educativa, se puede extender la cultura de la excelencia académica que a la postre hará posible en forma directa o indirectamente que más gente goce de los beneficios de los adelantos humanos.

Una autoridad inteligente puede convertir la creatividad, el cultivo de la ciencia y de las artes en eje del desarrollo humano. Por otro lado, la genialidad y excelencia no es una propiedad de un área específica del conocimiento, sino es una dimensión intrínseca del ser humano. Es decir, cualquier persona puede realizar un afán con seriedad y maestría, y éstas condiciones abren las puertas de la trascendencia, de la inmortalidad.

Esta perspectiva nos da todo un marco de referencia para observar toda acción humana y diferenciarla de otra, ya sea una obra de infraestructura, una dirección de cualquier instancia, una alcaldía, una pintura, un poema. Si un hecho no sobresale, no se distingue a la vista cual si fuera una pronunciada cima imposible de no verla, es porque es algo simple y ordinario que no tiene la propiedad de despertar la admiración de la gente.

En estos tiempos de coyuntura electoral que vivimos y ya conociendo los resultados electorales donde aparecen nuevos y viejos rostros, habrá que preguntarles a éstos qué quedará al término de su respectivo mandato que valdrá la pena resaltar.
Hasta la fecha, no se conoce de alguna autoridad regional que es recordada por la belleza, pulcritud, honestidad y eficacia de la gestión que desempeñó. Mucho menos la reelecta autoridad regional que tendrá nuevamente bajo su responsabilidad la gestión de la región, me refiero a don Yvan Vásquez Valera. Todavía es un misterio comprender a cabalidad las razones que explican qué hace que una persona elija a un candidato en vez de otro. Lo cierto es que algunos nos quedamos con la sensación que hay gente que no debió ganar, no porque tengamos algún prejuicio personal contra ésta, sino porque cuando analizamos sus obras con algo de objetividad éstas no inspiran confianza alguna.

Sólo ciñéndome al ámbito educativo, el período regional 2006 – 2010 se caracteriza por haber pasado sin pena ni gloria, postergando la atención de las necesidades educativas de una enorme cantidad de estudiantes loretanos. Lo que sí se hizo fue construir colegios aquí y en otros lugares de la región, algo que, dicho sea de paso, lo han realizado todas las autoridades regionales y ediles. Un aspecto, además, que tiene un impacto casi nulo en los resultados escolares, como evidencian los indicadores de logros educativos de la región desde hace una década.
Aún así, la inversión en educación, si se puede llamar así, bordea los 13 millones de soles en su punto más alto en el rubro de infraestructura, es decir, en la construcción de colegios. En este sentido, cuatro años más de gobierno regional que se dedique a construir colegios, realmente habrá realizado un gasto más que una inversión que tenga impacto social. Tal vez si esta actividad estuviera acompañada de otras medidas, como estrategias de estímulo al desempeño docente, ampliación de cobertura escolar acompañada de alimentación, implementación de textos escolares y otros materiales educativos, etc. Por esto, podemos afirmar que en términos de genialidad y trascendencia la gestión de don Yvan Vásquez Valera, en el área educativa, no sólo fue ordinaria, si no extremamente ordinaria. En alguna propaganda electoral que se veía en un lugar céntrico de la ciudad se ponía como un elemento central de su gestión el haber salvado de la baja de la liga mayor del fútbol peruano, al Club Deportivo CNI. Vaya éxito. Con ese tipo de preocupaciones seguiremos sin duda en el 2014 en la saga de todos los indicares sociales y económicos nacionales.

Por nuestra parte, seguimos creyendo que la vida de cualquier individuo tiene más sentido cuando está al servicio de otro ser humano. Estar en una situación de poder y no hacer nada, es actuar en forma absolutamente absurda e irresponsable. Aunque no sea algo que sucede comúnmente, el ser humano es el único ser viviente que puede sorprender actuando de manera distinta de cómo venía comportándose en forma cotidiana. Por todo ello, esperamos que las autoridades electas y reelectas puedan hacer del ejercicio de su futura gestión una expresión de nobleza, perfección y belleza. Sólo de esta manera, lograrán al mismo tiempo que atender las necesidades poblacionales con acierto, sobrevivir a la historia con honor.

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