La campaña electoral adolece de propuestas técnicas

A veces la vida debe vivirse con cierto aire festivo, como lo festejara aquella extraordinaria cantante caribeña, Celia Cruz, en su recordada melodía “la vida es un carnaval”. ¿A quién no le agrada el humor? A todos nos gusta, qué duda cabe. Pero, como todo en extremo, la exageración de lo gracioso termina cansando cuando no se convierte en un verdadero fastidio.

Quizás no coincida con la opinión de muchos electores, pero a estas alturas de la campaña electoral, en forma insólita, nadie sabe dónde están los planes de gobierno de las ofertas partidarias. En todo caso, la pregunta del millón es dónde los encontramos en versión completa. Realmente, ya es tiempo de encontrarnos con una propuesta regional, provincial o distrital que sea audaz, creativa, sesuda, orgánica y viable, que sugiera, en el mediano plazo, algún cambio cualitativo en lo social, económico y espiritual de la vida de la población.

Lo que sí es evidente en nuestro entorno más inmediato, una enorme cantidad de ruido y colorido, sin dejar de mencionar su carencia de contenido, con que se asocia cada irrupción de algún candidato por las calles de esta calurosa ciudad iquiteña. Es como si lo más visible que tuvieran que exponer para captar la atención de la población es una simple caravana de donde no se puede observar más que sonrisas claramente impostadas. ¿Será posible que el jolgorio bullanguero decida la preferencia de un elector?

Lo cierto es que vemos en forma frecuente de uno u otro bando, mares de gentes, caminando, con banderitas a la mano, esgrimiendo vivas y mostrando la foto del candidato, pero nada más. Es como si se pensara que una cara en sí misma es más valiosa que otra. Imagínese lo chistoso que resulta pensar en la posibilidad de que un ciudadano algo listo tuviera que hacer para elegir a su autoridad en función de su rostro.

Otros, se dan el trabajo, vaya esfuerzo, de elaborar atractivos spot publicitarios que, lamentablemente, no pasan de incorporar las canciones del momento, imágenes interesantes, y amplias sonrisas. Lo que queremos resaltar es el hecho donde se evidencia que parece que hay un mayor empeño en armar un show popular, que preocuparse con consolidar y dar a conocer alternativas a los distintos problemas que aquejan a la colectividad loretana, en aspectos cómo seguridad ciudadana, el desarrollo de capacidades tanto en la esfera económica como en la escolar, la promoción del arte y la creación de espacios de esparcimiento público, recursos naturales, ciencia y tecnología, etc. Hay partidos políticos, movimientos y otras formas de participación política que tienen años en el ruedo, pero que a estas horas no cuentan con ningún plan estratégico. Y, ni qué decir de los que aparecen en el momento buscando ser la sorpresa de la contienda.

Pero lo que llega al límite de lo irritable y lo incomprensible es que inclusive aquellos que estando momentáneamente en el gobierno, tampoco tengan un plan mínimamente respetable, ingenioso ni pensarlo, para mostrarlo.

Realmente, sorprende pensar que, a pesar de que es vox populi que en las campañas electorales se invierten mucho dinero, no se lo utilice en la elaboración de propuestas técnicas que encierren en sí la posibilidad de conducir a la población sobre sendas de progreso y desarrollo humano. Será por esto que la mayoría de autoridades municipales, regionales y nacionales al término de su mandato, obtienen resultados tan decepcionantes, como desastrosos, salvo honrosas y contadas excepciones.

Por todo ello, los ciudadanos tienen el derecho de dudar de los que hoy se presentan como alternativas de gobierno, de su seriedad para gobernar y de sus reales intenciones.
No obstante, constatar esta crítica realidad de los partidos que concursan en estas justas electorales, hay que aceptar que el hecho golpea a todos, puesto que la responsabilidad de lo que acontece en la vida pública del país compete a todo ciudadano y no solamente a los que figuran en las planillas de los partidos políticos.

En este sentido, talvez no sea exagerado pensar en la posibilidad de que, sin dejar de explorar otras, sean las asociaciones sin fines de lucro las que tengan que extender sus actividades a la elaboración de planes de los distintos ámbitos de gobierno. En todo caso, es sólo una simple idea que puede ser probada. Podemos llegar a pensar, inclusive, que alguna vez, sea la sociedad civil, a través de sus organizaciones, la que proponga en consenso a un candidato, habiendo construido un plan previo, de modo que éste no asuma tal compromiso con las manos vacías.

Será que alguna vez, la paciencia, la creatividad, la lucidez y la experticia tendrán que ser incorporadas en el ejercicio de la política. Ahora, sólo nos queda por un lado esperar, ayudar, intervenir, y por otro, rezar para que el que gane nos dé una buena sorpresa y no sea un fraude como frecuentemente sucede.

Comentarios

  1. Nos encontramos e una epoca en la que los gobernantes tienen el control de las elecciones, sabemos que la corrupcion esta en donde se la mire y como no recordar del abuso ya que esto se ve a diario. lo unico que los jovemos podemos esperar de las elecciones es tomar conciencia de ello y asi poder encontrar al candidato que pueda preocuparce por la universidad, que tenga el conocimiento del manejo que en algun momento lo desempeñaria...Creo que esperamos mucho por estas fechas ahhh solo Dios sabe.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿En qué consistió su heroísmo? FERNANDO LORES

¡Qué dolor, qué rabia, qué decepción!

La trampa del extractivismo