¡Vaya, qué prioridades!

Cómo definen sus prioridades las personas de todo ámbito social y nivel de responsabilidad política en el país, es algo que me intriga y frustra al mismo tiempo. Es un tema donde abundan más ejemplos de desaciertos que aciertos, si tenemos en cuenta que de por medio está el escaso recurso financiero con que cuentan las entidades públicas.
Cuando realizamos algunas gestiones en dichas instituciones, a menudo nos enfrentamos con la terrible noticia de que nuestros pedidos fueron rechazados nada menos que por falta de presupuesto. Lo cierto es que existen recursos, pocos o insuficientes pero los hay. Inclusive en el hecho de negar un requerimiento de atención social o material, significa implícitamente que se está aceptando a otras propuestas.
Cabe preguntarnos entonces ¿qué acciones y obras son priorizadas por autoridades locales, regionales y nacionales? ¿Qué ideas están detrás de sus prioridades? ¿Existirá alguna direccionalidad clara ligada al desarrollo humano? Analicemos al medio local. Resulta que del 2 al 7 de marzo se realizará en Iquitos el Foro Internacional sobre “Energía y Cambio Climático” como reunión preparatoria de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Cuenca Asia-Pacífico. Cumbre ésta anunciada con bombos y platillos como algo por el cual debemos sentirnos eternamente agradecidos por haberlo traído al Perú. Esto mismo pareciera tan importante que algún despacho ministerial se tomó el gusto de denominar al año con el nombre más simplón nunca visto: “Año de las cumbres mundiales en el Perú”.
El foro que se realizará en Iquitos es un evento que durará el “larguísimo” período de 6 días, que involucra directamente a la exorbitante suma de 500 funcionarios y representantes de cada país miembro. Quizás por ello, llama poderosamente la atención cómo se moviliza e invierte importantes recursos para que nuestros ocasionales visitantes se sientan como en casa.
Las calles de Iquitos son una verdadera calamidad. Dañinas para la salud como para la economía, pues nada puede resistir los enormes baches con los que te estrellas a cada paso. Nunca hay dinero suficiente para corregirlas. Pero, de la noche a la mañana, existe un gran desorden en avenidas principales en razón de que se está invirtiendo fuertemente para su mantenimiento. Los conductores de vehículos somos testigos de lo que teníamos que padecer al pasar por la calle Requena. Desde hace varios años estaba totalmente destruida, aún siendo una calle muy recorrida por su carácter de puerto fluvial. En realidad a ninguna autoridad le interesaba el asunto. Pero ahora está en proceso de refacción. Lo que pasa es que alguien cambió las prioridades. Lo patético es que esta disposición no es producto de la preocupación genuina y deliberada por la mejora del bienestar de la población, si no y nada menos que por una efímera reunión protocolar, aunque tenga desde luego una cierta trascendencia. Después de todo, aunque sea por rebote, algunas calles de Iquitos estarán más transitables.
En la gestión regional pasada se destinaron 20 millones de soles a la construcción de un Estadio de fútbol con la aceptación de mucha gente. Mientras tanto, los hospitales carecían de medicinas básicas como hasta ahora, sin implementos médicos, con instalaciones totalmente deterioradas. ¡Vaya prioridad regional!
Igualmente, una autoridad municipal destinó grandes sumas de dinero para arrasar con una de las calles bonitas de Iquitos, por el lujo de dejarla más bonita, mientras a unas cuantas cuadras funcionaba y lo sigue haciendo un insalubre e informal mercado de larga data.
A nivel de país, el gobierno se jacta de tener enormes excedentes económicos, pero veamos dónde residen sus prioridades: antes la firma del TLC, luego las inversiones mineras, ahora la venta de la Amazonía, también vapulear a los maestros y otros sectores profesionales. Y ¿Qué hay del sistema nacional de salud? Un sector clave del desarrollo humano, que se encuentra sumergido en la precariedad más absoluta, especialmente en los ámbitos no urbanos y rurales. Para mejorar la salud de la población no hay recursos. El precario Sistema Integral de Salud pudiera mejorar y ampliarse más allá de la sola atención de emergencias a tratamientos integrales y permanentes, que alcance a toda la población sin excepción alguna, como lo es en Francia, Inglaterra, Canadá o Cuba, lugares donde una persona es atendida en forma completa de todas sus dolencias y enfermedades sin costo alguno. Pero, por lo visto ¡aquello no es una prioridad para nuestros gobernantes!
Según ENDES, el promedio nacional de desnutrición crónica en niños menores de 5 años alcanzó el 25,4% en el año 2000. Los departamentos más afectados son: Huancavelica (53,4%), Cusco (43,2%), Apurimac (43%) y Huánuco (42,8%). En Loreto la cifra alcanza al 32.4 % de los niño y niñas. Pero no hay ninguna señal que indique que este asunto preocupe de veras a las autoridades tan entretenidas como están en asuntos protocolares, en sus datos macroeconómicos o en el cálculo electoral.
Pero las malas costumbres también se extienden a todos los niveles sociales, como es el caso de un representante comunal que ante la pregunta de la autoridad para que elija entre arreglar la escuela y contratar a una orquesta musical para la fiesta de aniversario del pueblo, prefirió esta última opción.
Uno de los principales obstáculos para el desarrollo del país es la falta de visión y claridad para definir qué hacer y hacia dónde ir. Carencias que se manifiestan en todos los niveles de gobierno y ámbitos institucionales. No podemos seguir dando palos de ciego y mucho menos desperdiciando los pocos recursos existentes. Es posible salir de este círculo vicioso con mucha capacidad de escucha, perspectiva, reflexión, planificación, flexibilidad, apertura y sobre todo poniendo como referente fundamental al desarrollo humano. Sí hay dinero, el problema es que se utiliza pésimamente.

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